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lunes, 19 de septiembre de 2011

Un encuentro con la historia (I)

No hay mejor forma de comenzar un nuevo curso cofrade que encontrándonos con nuestro pasado, con nuestra historia, en este caso con la relativa a alguna de las cofradías que a lo largo de los tiempos han existido o siguen existiendo en nuestro querido pueblo. Una de ellas, antecesora de otra actual, es la que va a ocupar algunas entradas de este virtual espacio, ya que es de la que hemos encontrado un magnífico trabajo histórico sobre sus estatutos constituyentes, el cual vamos a ir publicando en sucesivas entregas.

Pero vayamos por partes. Os cuento cronológicamente los hechos en los que me váis a permitir que incluya los correspondientes nombres propios. Durante este pasado mes de Agosto, uno de nuestros hermanos, José Carlos Navajas Fuentes, dedica gran parte de su tiempo vacacional a buscar por la red datos o acontecimientos relativos a nuestro pueblo en general y a nuestra cofradía en particular. Tras muchas páginas visitadas, consigue encontrar una referencia a unos estatutos del S. XV. Posteriores indagaciones lo conducen a una publicación granadina del año 2004 en la que Don Manuel Nieto Cumplido da cuenta de la existencia de los estatutos, atención, de la Hermandad de Ánimas de Castro del Río, de los que realiza una esclarecedora interpretación. Una vez conseguida la citada publicación -aunque no lo creáis, hecho difícil donde los haya- podemos dar por concluída la primera parte de esta historia.

Una segunda da comienzo con el inicio de las gestiones encaminadas tanto a la autorización para publicar aquí el referido trabajo de Don Manuel, como a la posible obtención del manuscrito original con el fin de hacer una copia para el archivo de nuestra Hermandad. En este apartado merecen mención aparte el iniciador de las citadas gestiones, nuestro hermano Alfonso García de Dios Urbano, y de manera muy especial un sobrino suyo, Don Pedro José Lacort Navarro, profesor de historia en la Universidad de Córdoba, quien desde el primer momento nos prestó su más desinteresada y valiosa ayuda para propiciar una entrevista con Don Manuel Nieto Cumplido, de quien obtuvimos todo tipo de facilidades a la hora de conseguir cuanto estuviera en su mano. A todos ellos, expresarles sincera y públicamente el más cofrade de nuestros agradecimientos.

Así pues, con todos los objetivos felizmente cumplidos, pasamos a publicar la primera parte del trabajo con anterioridad reseñado, auténtica punta de lanza de otra serie de hallazgos históricos referentes también a nuestra cofradía y que tienen mucho que ver con su fundación y con algunas de las Sagradas Imágenes que mandó realizar el Ldo. Luís Calderón en el S. XVI. Pero eso será ya otro encuentro con nuestra historia. Para hoy, y para los próximos días, aquí os dejo las primeras páginas de éste. A disfrutarlo.




                                                 


      ....//// Continuará ////....

2 comentarios:

  1. Sr. Millán, por fin parece que va resolviéndose el misterio tan celosamente guardado durante estos días. He de reconocerle, con toda sinceridad, que ha conseguido Ud. confundirme, ya que en todo momento pensé que los estatutos encontrados pertenecían a la Hermandad de la Vera Cruz.

    La primera noticia, hasta ahora conocida, de esta hermandad data del año de 1554 cuando el advenimiento de los Carmelitas Calzados, procedentes del convento de Jaén, a la “Muy Noble y Leal Villa del Guadajoz” – algún día le explicare porque nuestro ilustre paisano Don Juan Aranda Doncel utiliza esta expresión para referirse a nuestro querido pueblo, solamente acuérdese de los reyes de castilla Alfonso “el Onceno” y de Pedro I “el Cruel”-, y la cesión a la Orden Carmelitana de la ermita y de la imagen del Cristo de la Vera Cruz.

    En su anterior información nos indicaba que los estatutos obtuvieron su oportuna aprobación eclesiástica el 5 de junio de 1499, o sea cincuenta y cinco años antes al establecimiento de la Orden del Carmelo en Castro, por lo que en un principio pensé que la Regla tenia que pertenecer forzosamente a otra hermandad, si bien, al mismo tiempo, rechazaba esta tesis porque tampoco resulta lógico que la Cofradía de la Vera Cruz se hubiere constituido en fechas próximas a la de 1554, entre otras, por las siguientes razones:

    -No es comprensible que una hermandad como la Vera Cruz se hubiera constituido en los años inmediatamente anteriores a 1554, cuando ya en esos días había construido su propia ermita y tenia algunas imágenes de sus titulares como el Cristo de la Vera Cruz, que ejecuto años antes Juvenal Bruno en Baena, y el simulacro de Santa Elena.

    -No resulta lógico pensar que si la ermita de la Vera Cruz se había construido recientemente, la cedieran sin mas, a los pocos años de haberla terminado, a los carmelitas. No se puede uno olvidar de la penuria económica que, con absoluta seguridad, tendría la cofradía en sus primeros años de vida y de las dificultades por las que pasarían los cofrades hasta obtener los fondos necesarios para la construcción del templo y demás enseres.

    -Tampoco se me olvida las dificultades propias de la construcción del edificio, cuantos años se podía tardar en ejecutar una obra de esa naturaleza, por muy pequeña que fuera, teniendo en cuenta la técnica de la construcción de aquella época y la escasez de medios personales, materiales.

    En fin, que estas y otras muchas razones me indujeron a pensar que los estatutos pertenecían a la Cofradía de la Vera Cruz, cuando, a la vista del trabajo de Don Manuel Nieto Cumplido, pertenecen a la antigua Hermandad de Animas, la cual, según lo que conozco de ella, estuvo viva hasta las postrimerías del siglo XIX – creo que su ultimo Hermano Mayor fue don Fernando Hurtado de Mendoza - habiéndose reconstituido en 1952 en el seno de la Cofradía de la Vera Cruz.

    Por ultimo, espero que no se demore Ud. mucho en publicar el resto del trabajo de D. Manuel Nieto y que ponga a disposición de los castreños, en especial aquellos a los que nos apasiona la historia de nuestro pueblo, el texto integro de los bien hallados estatutos.

    Afectuosamente S.S.Q.B.S.M.

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  2. Ya lo estaba echando en falta. Efectivamente, los estatutos hallados pertenecen a la Hermandad de Ánimas y no a la de la Vera Cruz, como usted, y bastantes más, habían supuesto. Y no será porque no hice las oportunas reservas, como los notarios cuando te leen una escritura. No sirvieron de nada. Las campanas al vuelo. De cualquier forma, como usted bien expresa en su comentario, pertenecen a una hermandad que se reconstituyó, como todo Castro sabe, en el seno de nuestra querida institución veracrucera a mediados del S. XX.

    En cuanto a su tesis sobre la fundación de la Venerable Cofradía y Hermandad de la Santa Vera Cruz, no puedo estar más de acuerdo. Ya le adelanto que estamos a la espera de poder acceder a unos importantes documentos históricos que pudieran aclarar bastante más nuestro cofrade pasado.

    De igual modo sucede con la autoría del citado Cristo de la Vera Cruz, posterior Cristo del Carmen. Hasta ahora se reconocía como obra de Juvenal Bruno. Con una alta probabilidad puede que se trate de otro histórico error. Pero como decía la presentadora de televisión, hasta ahí puedo leer y hasta ahí puedo decirle. Sí puedo seguir indicándole que tenemos también en cartera muchas más novedades sobre nuestro pasado cofrade que esperamos ir sacando a la luz a lo largo del otoño. Nuestro investigador privado está que se sale y, según me confirma, ha adquirido tal maestría con los buscadores académicos que pocos datos, si están en la red, se le resisten. Algo positivo debía tener esta demoledora crisis.

    Ya me despido. Muchas gracias por sus precisiones históricas y por su participación en este espacio. Como siempre, aquí lo tiene para expresar sobre estos temas lo que considere más oportuno.

    En cuanto a la publicación del resto del trabajo de Don Manuel Nieto Cumplido, indicarle que no es otra nuestra intención que la de ponerlo a la mayor brevedad posible a disposición de cuantos castreños y no castreños estén interesados en él. Pero hay un pequeño problema técnico. Con el fin de facilitar su lectura, se vuelve conveniente publicar las páginas en un tamaño muy grande, por lo que habrá que ir haciéndolo de cinco en cinco o de seis en seis, lo que nos permita el sitema, así que paciencia y ustedes sepan disculpar las posibles molestias. Un saludo.

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